El entrenamiento funcional involucra todo el cuerpo y no un grupo aislado de músculos. Se refiere al tipo de ejercicio que integra todos los aspectos del movimiento humano, basado en un trabajo de fuerza utilizado en los deportes y la vida diaria.
Su práctica mejora la relación entre el cuerpo y la mente, al aumentar la flexibilidad, la concentración y la estabilidad articular.
Esta forma de actividad física trabaja la fuerza, velocidad, resistencia, agilidad, al tiempo que favorece los factores neuronales y coordinación intramusculares e intermusculares.
Girar, saltar, recoger bolsas del suelo, subir escaleras, empujar algo o agacharse para levantar un peso en casa son actividades funcionales que normalmente hacemos sin conciencia del trabajo corporal. Pues estos mismos movimientos se llevan al ejercicio, adaptados a cualquier nivel de ejecución y velocidad para lograr:
- Mejorar la postura corporal y la tonificación muscular
- Aumentar el equilibrio dinámico y estático
- Obtener mayor eficiencia en los movimientos
- Optimizar la coordinación motora y de fuerza
- Mejorar la resistencia periférica y central (muscular y cardiovascular)
- Mejorar la fuerza del musculo y no su tamaño
- Aumentar la velocidad
- Incrementar el gasto calórico que conlleva a la pérdida de peso